En un bochornoso mediodía de la Meseta, Penélope Cruz resulta una aparición fresca y sonriente. A sus 41 años está radiante, pero ella se disculpa por si se detecta algún atisbo de cansancio en su rostro. “Mi hija pequeña, la pobre, ha pasado mala noche y yo casi no he dormido”. Cruz aterrizó hace unos días en Madrid después de concluir en Roma el rodaje de Zoolander 2. Han sido más de dos meses de inmersión junto a Ben Stiller y Owen Wilson en una comedia disparatada con uno de los equipos más “divertidos” que recuerda. Una carcajada helada por la repentina muerte a finales de junio de su padre, Eduardo Cruz. El golpe le ha dejado una memoria difusa de ese trabajo, “tengo una especie de nebulosa alrededor de aquellos días en el rodaje, fue muy difícil, solo recuerdo mucho ruido y mucho estrés”. A las puertas del lanzamiento de Ma ma, que se estrena esta semana en España, el viernes 11 de septiembre estrena Ma ma, la película que supone su vuelta al cine español después de seis años sin papeles protagonistas en su país. La película de Julio Medem que ella produce y protagoniza, la actriz española más reconocida en el mundo se prepara para un curso cargado de envidiables proyectos: Escobar, la película de Fernando León de Aranoa en la que dará vida a Virginia Vallejo, periodista, modelo y amante del capo del cartel de Medellín, interpretado por su pareja, Javier Bardem; La reina de España, segunda parte de La niña de tus ojos, otra vez como una estrella de posguerra en las manos de Fernando Trueba; y será protagonista del último largometraje del maestro iraní Asghar Farhadi- el director de la oscarizada Nader y Simin-, Una separación. En apenas un año, la veremos defender personajes tan dispares que costará recordar que al final de todos ellos está la mujer que hoy, con la cara lavada, se toma un respiro para hablar.++++Penélope Cruz regresa a su origen
8 de septiembre de 2015
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