La hija de Robin Wright y Sean Penn está dispuesta a ser actriz, pero sobre todo a demostrar que su trabajo lo consigue por ella misma. Por sus venas corre sangre "azul hollywood": mamá es la tan talentosa como bella Robin Wright; papá es el carismático actor, director y propietario de un par de estatuillas Sean Penn. Mamá y papá se separaron en 2010, justo al mismo tiempo que Dylan Penn celebraba 19 años, terminaba el instituto y abandonaba el nido familiar para explorar el mundo. Empezó por coger un avión y plantarse en Nueva York. Quería trabajar en una agencia de publicidad y, con sus contactos, no tuvo problemas para conseguir un trabajo de becaria en una agencia especializada en marcas de lujo mientras ganaba un sueldo extra trabajando como camarera en un conocido restaurante neoyorquino. Pero después de un tiempo, perdió el interés, se quedó sin un céntimo y regresó a casa.Esta vez, quería estudiar cine. Se matriculó en la universidad pero, después de un semestre, su vocación se evaporó y abandonó las aulas. Sus padres le cortaron el grifo. Sin oficio ni beneficio, su padrino, dueño de una pizzería en Los Ángeles, le ofreció un trabajo. Durante siete meses, Dylan Penn trabajó como repartidora de pizzas. Luego, los genes de mamá y el apellido de papá le abrieron las puertas de la moda: protagonizó una campaña para Gap y se dejó fotografiar para publicaciones como GQ, W o Elle. Y su nombre saltó a los titulares. Más aún, cuando ella y Robert Pattinson, recién humillado por Kristen Stewart, empezaron a salir juntos en 2013.+++++
20 de noviembre de 2015
Dylan Penn desea se grande de Hollywood
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