El 30 aniversario de los Goya será recordado, cinematográficamente hablando, como el año de Truman, cosa que me alegra enormemente porque soy fan declarado de esta pequeña joya del cine español.Una edición llena de sorpresas en muchos de sus apartados como el gran patinazo de La novia, que partía como la gran favorita. Y la sonrisa de Isabel Coixet, que se ha llevado más de lo que ella esperaba, 4 Goyas. Un año en el que se recordará a Irene Escolar como una firme realidad, no solo del teatro sino ahora ya del cine gracias a su Goya revelación. Sin embargo reconozco que me ha hecho gracia que aparezca Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa por la alfombra y que en la sala hubiera 4 Oscar: Juliette Binoche, Penélope Cruz, Tim Robbins y Javier Bardem, que como siempre ha atendido a la prensa española no haciéndonos ni caso, claro, no somos americanos. Nos ha faltado un recordatorio de esos años, de esos premios y de esas gentes que ya no están pero que siguen permaneciendo en la memoria de los que amamos el cine. Menos mal que nos queda Mariano Ozores que sí ha sabido homenajear en esta ocasión a los dos valores importantes del cine, a sus actores y al público.++++Los Goya hacen justicia con Cesc Gay y Ricardo Darín
7 de febrero de 2016
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