Esas cosas pasan, y bastante, una persona famosa se compra un vestido que le apetece, pensando que por lo menos podrá disfrutarlo en solitario, y se encuentra a otra famosa que pensó lo mismo.
Y tampoco es un vestido tan divino que pierdes la cabeza por el.
Sencillito y vulgarcito, de la época que se quiera, pues esas faldas con ese vuelo se llevaban ya en los años de la edad de hielo.
La cuestión principal a mi entender es no coincidir en el mismo evento, así pasa desapercibida la hermandad.
Solo la descubren los chismosos, gracias a los fotógrafos.
Taylor Swift y Blake Lively, que yo sepa, solo coincidieron en que ambas estaban en Nueva York, y aquello es muy grande y con mucha gente, igual no se vieron..
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